Hoy he dado una clase de cocina y cultura de México, fue en el centro cívico de Vilanova i la Gelrtriu, alrededor de las cinco de la tarde me recogió en la estación de trenes la chica que coordina este programa.
Mi taller fue con niños de cuatro a siete años, me comentan que hubo una gran demanda por conocer de cocina mexicana el cupo se cerró en doce que llegaron muy puntuales y con gran algarabía querían saber todo, preguntaban y `preguntaban, había un par de gemelas una muy tímida y otra hablaba por las dos, un par de hermanos niña y niño el muy interesado en las clases, otro un chico con grandes ojos color avellana y largas pestañas que preguntaba mucho, llevaba su mandil que se colocó muy profesionalmente y nos comentó que su padre era chef y el deseaba serlo, otro que le gustaba la cocina y unas chicas que hablaban mas que hacían, pero muy simpáticas una de ellas la que mas hablaba me recordó a mi hija la mayor hasta en su rostro que me hizo sentir emocionada el grupo lo formaban siete niñas y cinco niños.
La clase comenzó con nuestras presentaciones personales uno por uno, cuándo llegó mi turno, al presentarme, aparte de mi nombre comencé a contarles de que parte de México venía , como es mi ciudad, ellos preguntaron mas detalles, les conté en que se basa la alimentación en mi país, les mostré imágenes de Veracruz el puerto donde nací y los trajes regionales, para después enseñarles como se preparaba las gorditas rellenas de frijol, también preparamos un champurrado ( bebida de chocolate indígena).
Debo mencionar que lo mejor de esto fueron las expresiones de los chicos al terminar las dos horas , el que su padre es chef me dijo con alegría Irma he estado muy contento gracias por todo y esto lo compartiré con mi padre, otro que se lo enseñarían a hacer a la madre, otros optaron por llevárselo a sus padres como muestra y orgullosos de su trabajo, otros lo dejaron y las madres llegaron a pedir su gordita querían probarla, sencillamente trabajar con niños es encantador por su candidez y para esta mujer que lo único que desea, es lograr que los olores, sabores, colores y magia de su alquimia culinaria llene los corazones de alegría y los estómagos de satisfacción fue una experiencia inolvidable.
Mi taller fue con niños de cuatro a siete años, me comentan que hubo una gran demanda por conocer de cocina mexicana el cupo se cerró en doce que llegaron muy puntuales y con gran algarabía querían saber todo, preguntaban y `preguntaban, había un par de gemelas una muy tímida y otra hablaba por las dos, un par de hermanos niña y niño el muy interesado en las clases, otro un chico con grandes ojos color avellana y largas pestañas que preguntaba mucho, llevaba su mandil que se colocó muy profesionalmente y nos comentó que su padre era chef y el deseaba serlo, otro que le gustaba la cocina y unas chicas que hablaban mas que hacían, pero muy simpáticas una de ellas la que mas hablaba me recordó a mi hija la mayor hasta en su rostro que me hizo sentir emocionada el grupo lo formaban siete niñas y cinco niños.
La clase comenzó con nuestras presentaciones personales uno por uno, cuándo llegó mi turno, al presentarme, aparte de mi nombre comencé a contarles de que parte de México venía , como es mi ciudad, ellos preguntaron mas detalles, les conté en que se basa la alimentación en mi país, les mostré imágenes de Veracruz el puerto donde nací y los trajes regionales, para después enseñarles como se preparaba las gorditas rellenas de frijol, también preparamos un champurrado ( bebida de chocolate indígena).
Debo mencionar que lo mejor de esto fueron las expresiones de los chicos al terminar las dos horas , el que su padre es chef me dijo con alegría Irma he estado muy contento gracias por todo y esto lo compartiré con mi padre, otro que se lo enseñarían a hacer a la madre, otros optaron por llevárselo a sus padres como muestra y orgullosos de su trabajo, otros lo dejaron y las madres llegaron a pedir su gordita querían probarla, sencillamente trabajar con niños es encantador por su candidez y para esta mujer que lo único que desea, es lograr que los olores, sabores, colores y magia de su alquimia culinaria llene los corazones de alegría y los estómagos de satisfacción fue una experiencia inolvidable.
Las recetas fueron las siguientes:
GORDITAS DE FRIJOL:
INGREDIENTES:
Harina de maíz
Sal
Agua
Frijol refrito
Aceite
Lechuga rebanada finamente
Nata
Queso rallado
Salsa
PREPARACIÓN:
A la harina de maíz se incorpora agua con un poco de sal hasta que queda una masa homogénea y fácil de manejar para extenderla, se hacen bolitas del tamaño del puño de la mano y se extienden en redondo, se les va agregando a una de las tortillas media cucharada de frijol refrito y con otra se tapa, en una sartén o freidora con aceite ya caliente se van dorando hasta que quedan suavemente crujientes.
Se sirven con lechuga rebanada, nata, queso y si lo desea salsa picante, la salsa se prepara con tomates y chiles hervidos o asados un ajo y sal se trituran y listo a comer.
CHAMPURRADO:
INGREDIENTES:
Chocolate amargo en tabletas
Azúcar de caña (panela)
Canela
Un puño de harina de maíz
Agua
PREPARACIÓN:
Se pone a hervir agua con la panela y la canela en trozos, cuando hierve se agrega el chocolate, cuando se ha disuelto se incorpora la harina y un poco de leche, se mueve para no dejar se pegue una vez que ha hervido se apaga y se sirve caliente ¡delicioso!
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