Las llamadas soldaderas, fueron todas aquellas mujeres mexicanas anónimas, que se alistaron a combatir en las fuerzas revolucionarias. Con gran coraje e idealismo lucharon por conseguir una vida digna y mejor para toda la clase obrero campesina, estos trabajadores eran sometidos a las tareas más pesadas, con salarios ínfimos comprometidos casi siempre, por la avaricia indiferente del patrón. Algunas de ellas no esperaron a que las tropas las enlistaran, salieron a su encuentro.
El término les fue dado porque la paga que algunas recibían, se llamaba soldada palabra de origen aragonés. Ellas son las que mantuvieron viva y fecunda la revolución, caminaban distancias muy largas, ya que los caballos eran para los hombres, en los trenes vivían en los techos, ahí cocinaban y hasta llegaron a parir hijos ayudadas por las demás, las imágenes de muchas con su catre (camas)plegable, sarape (cobija), ollas, provisiones era algo común, también era una forma de ganarse la vida en tiempos revueltos, vendiéndoles suministros a las tropas, repartían propaganda, transportaban armas, hacían de espías, contrabandeaban armas de los Estados Unidos, seguían a su hombre libremente.

Gracias a la cámara de Agustín Casasola y Jorge Guerrero, a las películas de Salvador Toscano algunas de estas féminas pasaron con rostros a la historia.
La presencia femenina en la revolución, no se limita a las soldaderas, también las hubo despachando los trenes, los telégrafos, enfermeras, farmacéuticas, empleadas de oficina, reporteras, editoras de periódicos, mujeres de negocios, maestras, desde su invisibilidad y silencio, gracias a todas ellas se pudo sostener la vida cotidiana.
Rosa Bobadilla….Coronela Zapatista
Juana Ramos…….La tigresa
Carmen Parra Alanís……Coronela Alanís
Carmen Vélez……..La Generala
Petra Ruíz…………Teniente Carrancista
Petra Herrera………Formó su propia brigada
Y más cuyos nombres se perdieron en la historia, un homenaje a todas ellas.
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